Cuando me empezó a rondar por la cabeza la idea del blog, como soy de esas personas a las que les gusta investigar donde se meten, leí unos cuantos artículos y libros sobre el tema.
Bastantes del tipo “las 10,12, 15, 25, 50…cosas importantes para escribir un blog”, o “los 10,12, 25, 50….errores que no debes cometer al hacer tu blog”. Unos espléndidos y otros no tanto.
Todos coinciden en que lo relevante es mostrar una imagen atractiva, introducir novedades con una cierta frecuencia, enlazar con otros blogs…… y, sobre todo, posicionarse correctamente en redes sociales.
A partir de ahí, fui quien de encontrar todos los obstáculos y objeciones que podían salvarme, a saber:
Se requieren conocimientos técnicos, tiene que costar dinero, no sé diseñar, no soy nada visual, no le veo la utilidad, no tengo tiempo, esto en realidad es un tema de marketing ¿no?, y el asunto de las redes sociales ¿como va?…
Pero, de algún modo, nada ha funcionado. La tentación de aprender cosas nuevas, algunas circunstancias y, en particular, algunas personas, me han acompañado hasta aquí.
Como digo, tengo un blog, razonablemente bonito pero vacío de contenido, y la pregunta está ahí, ¿Ahora que?
Le he dado bastantes vueltas antes de sentarme, más vueltas antes de empezar a escribir algo. De pronto, he recordado que un blog ha sido siempre una libreta, o así le llamábamos en el colegio. Al de dibujo en particular, no tengo claro porqué.
Aunque ya sé que la traducción más ajustada de la palabra es bitácora o diario (ya digo que soy muy de investigar), la idea de la libreta me ayudó.
Me siento frente a la pantalla o el papel en blanco y trato de recuperar la sensación que tenía de niña al empezar a escribir un cuento. Debo encontrar una manera de imaginar la historia y de contarla bien.
En este blog mi intención es hablar de cuestiones profesionales, particularmente de lo que llamamos RRHH, o HHRR, o Recursos Humanos, o Gestión de Personas, o Dirección de Personas, Gestión social en la empresa, Formación, Comunicación……un amplio número de nombres y actividades para una profesión que es un cajón de sastre y que ahora mismo debe cambiar para encontrar nuevos caminos.
Contar cuentos infantiles y hablar de cuestiones profesionales no parece tener mucho que ver, pero hace tiempo que entendí que cuando vas a trabajar no te dejas a la persona en casa, y que algunos cuentos son la mejor manera de aprender cualquier cosa, en cualquier ámbito de la vida.
Y empiezo ya, que la intención no basta.