La frase es “Nosotros tenemos la ISO”. Suena como una medalla o un premio y lo es, pero en esta,como en todas las batallas, lo que cuenta no es la condecoración sino el hecho heroico en sí mismo. En cualquier caso, sabemos que estamos hablando de que la empresa está certificada en ISO 9001 Sistemas de Gestión de la Calidad (SGC).
Aunque muchos lo conozcan, como el riesgo de explicar de más me parece mucho mayor que el de no explicar lo suficiente, profundizo un poco en el tema:
No todas las normas ISO son 9001 (SGC). Hay muchas otras normas de la Organización Internacional para la Normalización (ISO) aplicables a distintas cuestiones.
Cuando hablamos de Sistemas de Gestión de la Calidad no estamos hablando necesariamente de ISO 9001.
Un sistema de gestión de calidad trata de organizar los recursos disponibles para obtener buenos resultados. Organizarse bien, de forma racional, efectiva y eficiente, con procesos definidos y controles claros sobre lo que está sucediendo. Para atender especialmente a las necesidades del cliente, pero también a las de todos los grupos de interés (proveedores, trabajadores…..incluso la sociedad en general). Hablamos de la forma de gestionar.
Varios organismos, recogiendo las mejores prácticas empresariales, han elaborado documentos que recogen los requisitos de un Sistema de Gestión de la Calidad, el más conocido es el Organismo Internacional de Normalización ISO.
La norma ISO 9001 recoge los requisitos que debe cumplir una organización para que se pueda entender que tiene implantado un sistema de gestión de la calidad, o de calidad en la gestión podría decirse.
Se trata de unas reglas generales que son aplicables a cualquier tipo de organización.
Lo que hace un auditor en un proceso de certificación es comprobar que la empresa esta cumpliendo con esos requisitos (internacionalmente reconocidos como los idóneos) a la hora de gestionar.
En principio parece que la situación en la que una empresa se plantea certificarse en la norma ISO 9001 puede ser del tipo ” Algo no va bien deberíamos reorganizarnos”, ” Han cambiado las circunstancias y nuestro sistema quizá requiera cambios para adaptarse”, ” Vamos bien pero deberíamos asegurarnos”, “Seguro podemos mejorar nuestra forma de trabajar”… Un momento para tener a Einstein en la cabeza: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Se trata de una decisión estratégica de la dirección. Debería nacer de una profunda convicción, porque es una decisión importante que va a costar dinero y tiempo, va a requerir esfuerzo de todos y va a llevar por un camino, más o menos largo, pero seguro con ciertas dificultades.
Lo cierto es que en la práctica no siempre sucede así. En muchos casos las certificaciones ISO 9001 se utilizan solo como herramienta de marketing. Se coloca el certificado en la web con el fin de igualar a, o diferenciarse de, la competencia. Lo que no está mal pero confunde el premio con el éxito.
España, según la ISO survey de 2012, es el tercer país del mundo en certificaciones ISO 9001. Resulta bastante llamativo este puesto teniendo en cuenta que múltiples estudios señalan que la calidad de la gestión en las empresas españolas está muy lejos de esa posición.
Lo cierto es que resulta posible tener una certificación ISO 9001 con resultados muy diferentes en cuanto a la mejora de la gestión en el día a día de la empresa.
El camino a la certificación ISO 9001 es una muy buena forma de mejorar los procesos, siempre y cuando el objetivo sea la mejora en la gestión de la calidad, o calidad en la gestión.
Si se desarrolla con esa idea en la mente, valdrá la pena el esfuerzo y compensará la inversión en un plazo breve de tiempo.
¿Y además queremos el premio/medalla? por supuesto.
marzo 24, 2015
Superior thinking destrmtnaoed above. Thanks!