A lo largo de un solo día en la vida de una persona se deslizan infinidad de pensamientos, hechos, accidentes, incidentes, circunstancias, coyunturas y anécdotas. En general, solo algunos, por su singularidad o trascendencia, merecerán formar parte de la historia del día, ese ratito en el que contamos a los más cercanos, y no tan cercanos, que es lo que ha sido de nosotros desde ayer o desde esta misma mañana. Si el día incluye una entrevista de trabajo, muy pocos sucesos pueden restarle protagonismo en la historia del día.
Una entrevista de trabajo se cuenta normalmente con todo lujo de detalles. Detalles sobre el local, el entrevistador, las preguntas y las respuestas. Detalles y apreciaciones sobre el entorno, el tono, los pensamientos propios y los que se le suponen al otro. Sólo un entrevistador se conforma con contestar a la pregunta “¿que has hecho hoy?” con un “entrevistas”, y esto es porque la discreción y la confidencialidad son importantes.
El entrevistador, técnico o no, busca encontrar la manera de saber si la persona que tiene delante encaja en una determinada posición vacante (solo eso, que no es poco ni fácil), pero lo cierto es que toda esa información sobre la empresa ha salido al mundo y se ha difundido nada menos que con valor de noticia de portada.
Dada la conexión natural entre personas con estudios comunes y del mismo sector o profesión, si el puesto para el que se entrevista corresponde a sectores muy concretos o perfiles especializados, la información/noticia de portada llegará a un número de potenciales candidatos presentes o futuros muy significativo.
Puede provocar la entrada de candidaturas espontáneas y seguro generará una corriente favorable o contraria a presentarse a los futuros procesos de selección de la empresa.
Fuera de sectores muy concretos y perfiles especializados el impacto también es importante. No olvidemos que la teoría de los “Seis grados de separación” sostiene que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios.
En ese grupo de escuchadores de historias, separados entre sí por no más de cinco intermediarios que las cuentan, además de futuros candidatos, hay un montón de posibles colaboradores, proveedores y potenciales clientes.
En la red o fuera de ella, todos confiamos más en las opiniones de los conocidos que en las descripciones que las organizaciones hacen de si mismas en las webs. Lo cierto es que, tanto si es verdad como si no lo es, todas las webs nos cuentan que para la empresa las personas son lo más importante.
Se puede dar la circunstancia de que una presentación de empresa a potenciales clientes , realizada con mucho esfuerzo y sumo cuidado, tenga un impacto comercial inferior al de una entrevista de trabajo a la que no se le ha prestado mucha atención.